No hay manera de
arrancar, que si el verano, KATEC 2012, la bici, las vacaciones, el
viajecito en moto, las Olimpiadas, las obras en casa.... siempre hay
una excusa para no escribir, pero voy a intentar coger el toro por
los cuernos :)
Espero tener bastante
actividad a partir de ahora porque quiero hablar un poco de muchas
cosas, incluso intentaré editar algún video de las charlas con
Moncho Monsalve en KATEC; son impagables, ya lo veréis (si tengo
tiempo).
Como ya dije en su
momento me gusta Internet y la “salsa” que da a los periodos sin
baloncesto, este año estoy notando muy parados los blogs de basket
murciano, por una cosa o por otra están bastante inactivos (por
supuesto, incluido el mío).
El año acabó con mucha
rumorología respecto a cuál iba a ser mi destino esta temporada, y
alguno, haciendo gala de un desconocimiento total de la situación,
escribió verdaderas tontunas; menos mal que a la gente a la que le
afectaba el tema estuvo perfectamente informada en todo momento. Mi
vuelta a La Ermita tuvo el compromiso de dos temporadas desde el
mismo momento que acordamos que yo llevara el equipo, la tercera o
siguientes ya estaban muy condicionada a otras cosas, sobre todo
extradeportivas. La opción de Sierramar siempre ha estado ahí y es
bien sencillo porque vivo a menos de 6 km del pabellón de El Algar,
pero mis opciones de llegada a este club se vieron multiplicadas por
la llegada de Miguel a la directiva; sin él mi incorporación
hubiera sido imposible. Después de las experiencias tenidas en otros
clubes con sus directivas, estructuras de categorías base, etc., lo
tenía claro, sólo iba a entrenar donde pudiera hablar de tú a tú
con el máximo responsable del club. Miguel en ese aspecto es todo lo
que yo puedo pedir, cualquier cosa se habla; a veces se pueden hacer
otras y otras veces no, pero no te da la razón en tu cara y te
destripa por la espalda como he visto en otros sitios. Aún así,
estuvimos bastante tiempo para definir la dirección que queríamos
tomar y al final, con ayuda de varias cervezas, llegamos a buen
puerto (como no podía ser de otra manera).
Una vez que tuvimos
claras nuestras opciones, nos marcamos el itinerario a seguir: en
primer lugar, tener definida cuál es la situación del club y las
necesidades a corto plazo. El siguiente paso, buscar a gente con el
suficiente compromiso y calidad para montar un grupo que a corto
plazo pueda ser mínimamente competitivo, es decir, que como mínimo
permita luchar por el play-off. Es importante para cualquier grupo de
trabajo no acabar la liga en diciembre, así que luchar por el
play-off para mí significa poder quedarte fuera en las últimas dos
jornadas y así tener la suficiente intensidad de entrenamiento
durante el máximo tiempo posible.
No conozco ningún tipo
de entrenamiento que pueda suplir la esencia de la competición. No
es que la competición sea necesaria para la evolución del jugador,
es que es VITAL para su evolución. Para mí, el mejor símil puede
ser el de un tigre enjaulado, poco a poco va perdiendo su agresividad
y su instinto, sin embargo la competición es lo máximo y es donde
un tigre se debe desenvolver bien. Por eso cuando un jugador se va a
otro equipo a “evolucionar” porque se club se le queda pequeño
debe saber si va a jugar o sólo va a aportar en los entrenamientos.
Lo mejor es cuando el
entrenador del nuevo equipo le dice: “tranquilo, vas a jugar lo que
te curres y no tienes límite”; en estos casos yo le diría a ese
jugador que hiciera dos preguntas, la primera, si un día juego mal
¿cuánto tiempo voy a estar en pista?; y la segunda, si la estrella
del equipo juega mal ¿cuánto tiempo va a estar en la pista?
Si te dice que el mismo
tiempo y, es verdad, significa que va a jugar mucho, pero si te
empieza a dar vueltas para no contestar claramente ….. ten cuidado
porque te fichan para entrenar y que así el bueno tenga competencia
en el entrenamiento, pero no para jugar los minutos importantes de
los partidos.
Volviendo al tema que nos
ocupa, una vez que tenemos claros los objetivos y el tipo de jugador
necesario, ya sólo queda intentar elegir bien.
Empezamos la pretemporada
la última semana de agosto con dos entrenos suaves (martes-jueves)
en los que absolutamente todo el tiempo se hicieron ejercicios de 4c4
como mínimo. La idea era ver jugadores para intentar encontrar lo
que más se ajustara a nuestras necesidades. Esa primera semana
tuvimos una gran afluencia de jugadores, pero no era real y como
quería perder el menor tiempo posible “ayudamos” a los jugadores
a tomar una decisión.
En cuanto les exigimos un
poco salieron pitando, aunque también coincidió con el inicio de la
pretemporada de los demás equipos. Una vez que se han quedado los
que tienen un compromiso mínimo aceptable, hemos seguido con la
selección de jugadores. Una grata sorpresa ha sido el nivel de
alguno de los juniors, que, de seguir así, van a disponer de
bastantes minutos y hasta es posible que no se cierren todas las
fichas para dejarles más hueco, pero eso dependerá del nivel de
implicación y de su respuesta en estos entrenamientos de
pretemporada.
Para terminar esta
entrada sólo se me ocurre una cita de PAT RILEY:
“SÓLO HAY DOS OPCIONES
EN CUANTO AL COMPROMISO:
O ESTÁS DENTRO, O ESTÁS
FUERA, NO HAY TÉRMINO MEDIO”
continuará.................