A punto estuvo el CB Sierramar de conquistar la difícil plaza de Lorca a pesar de que los análisis previos del cuadro técnico unionense no eran muy optimistas debido a que el juego lorquino basado en la presión a todo el campo y con unos jugadores versátiles y con mucha movilidad no eran las características que mejor se adaptaban al juego unionense. Además, la baja de Javi Villaescusa, el jugador más explosivo de CB Sierramar, se unía a las previsiones poco favorables.
El domingo a las 10 horas, en una mañana fría, comenzaba el partido siguiendo las pautas que eran de esperar. Presión local y falta de acierto de cara al aro visitante. Se salían del guión los tres tiros lejanos anotados por AD Eliocroca, dos de ellos triples, un equipo que tiene en el tiro exterior una baza anotadora residual.
Con doce puntos de desventaja se iniciaba el segundo cuarto (17-5) en el que al menos ofensivamente parecían entonarse los visitantes que lograron un parcial de 0-8 en el minuto 15. El partido había entrado ya en una espiral de ataques veloces e imprecisas por ambas escuadras con pérdidas de balón contínuas más por fallos propios que por errores forzados por los contrarios.
El paso por los vestuarios sirvió para afianzar la confianza en las posibilidades del equipo ya que la escasa renta a favor de Eliocroca (31-27) era un mal menor tras el mal inicio de partido.
Basados en el encomiable trabajo del base, Quico Solano, que superó una y otra vez la presión extenuante a que le sometían los lorquinos los visitantes fueron paulatinamente acercándose en el marcador hasta llegar al 25-24 en el minuto 26. En ese momento el escolta Dani Robles que había empezado a entonarse fue objeto de falta personal señalizada con dos tiros a favor, los cuales no pudo realizar pues tuvo que retirarse lesionado en la rodilla.
Nuevamente se quedó el juego unionense huérfano de referentes ofensivos ya que al citado Quico Solano sólo le acompañaba en el acierto el ala-pivot Rubén García y el trabajo de lucha interior y oscuro del pivot Mario Garre. El resto del equipo apenas conseguía que su presencia en el campo tuviera influencias positivas en el juego a pesar de la ardua tarea de la segunda entrenadora, Ana Belén María-Dolores, que intentaba hacer que alguno de los componentes del banquillo saltara al campo con la confianza suficiente. Como muestra, José A. Meroño, pieza fundamental en las victorias anteriores se quedó con el casillero inmaculado.
En resumen, acudieron a Lorca pensando que era inexpugnable, ante un equipo que había pasado de los noventa puntos en varios encuentros, y regresaron con la sensación agridulce de que con un poco más de acierto la victoria hubiera regreso con ellos a La Unión.
Parciales:
17-2
4-9
10-13
14-11
Anotadores CB Sierramar:
Rubén García 16 puntos (2 triples)
Quico Solano 10 puntos
Dani Robles7 puntos
Mario Garre5 puntos
El próximo sábado a las 12 horas reciben a Marme de San Javier esperando ofrecer una versión más coral de equipo.
Poco Yáñez
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