Está claro que mentalmente
TODAVÍA no somos un equipo para hacer cosas grandes todas las semanas. Por
ahora tendremos que conformarnos con lo que hemos demostrado, ganar algún
partido contra rivales grandes y quedarnos “saciados”. Yo creía que podíamos estar
preparados para dar ese salto, pero viendo el partido de Águilas está claro que
no. No significa que nunca vayamos a estar MENTALMENTE preparados, sino que no
lo estamos TODAVÍA.
Individualmente hay jugadores que
pueden dar e incluso un poco más de lo que lo hacen; otros están preparados
pero les falta un empujoncito (sobre todo mental); y hay otros para los que va
a estar más difícil que den ese salto (pero no es imposible).
Ese salto mental espero darlo
este año, para, de esta forma, poder optar a objetivos más altos, como puede
ser clasificarse para el play-off. Realmente es muy difícil, pero creo que
tenemos unas mínimas opciones y hay que aprovecharlas. Espero que para Alhama
volvamos a demostrar todo el potencial que llevamos dentro, porque seguro que
no nos vamos a dormir tanto como lo hicimos contra Águilas.
Empezamos con un parcial de 8-0,
pero no fue un parcial de salida en tromba con alguna pérdida y contraataque,
fue un parcial porque no nos entraron tiros fáciles y concedimos varios fallos
defensivos en ataques estáticos que les reportaron beneficio instantáneo.
Nosotros seguíamos con nuestra empanada y a nuestro “desatascador” no lo
teníamos al 100%: 2 días con fiebre y un viaje de 100 km no es lo mejor para
estar en óptimas condiciones. Estoy seguro (espero) que Alhama pagará los
platos rotos JJ.
Con todo esto metimos la escalofriante cifra de 19 puntos AL DESCANSO ¡¡.
Después de revisar mentalmente
nuestro juego antes del tercer cuarto, me viene a la cabeza que habíamos hecho
pocas faltas, no es que me guste que se hagan, es que si tienes una defensa con
riesgo es normal que de vez en cuando te equivoques en forma de falta personal.
Así que repasamos en corrillo a ver quién tenía faltas personales y, entre
todos, tan sólo teníamos 7 faltas. Creo que con eso está todo dicho, poca poca
intensidad y riesgo. Después de la charla empezamos mucho mejor el cuarto y,
aunque nuestro nivel de acierto era bajo, nuestra defensa subió un poco (no era
difícil) y empezamos a recortar llegando a 7 puntos. Y aquí apareció una figura
de la que pocas veces hablo, pero que en este partido merece una mención; el
partido como os podéis imaginar era de bastante “guante blanco” y seguro que
Juanico (Águilas) me dará la razón, y el amigo colegiado se descuelga con 2
faltas técnicas a Dani. Supongo que era por si se le escapaba un partido que
parecía de “alto riesgo”. El arbitraje durante todo el partido fue muy bueno,
pero llegados a este punto se cubrió de gloria, simplemente se cargó un partido
que estaba siendo bastante bonito (y lo digo yo que iba perdiendo), con muchos
fallos defensivos por nuestro lado, pero emocionante. 4 tiros libres,
desconcierto en el banquillo, caras largas, más complicaciones, etc. eso
desembocó en un -17 para nosotros (44 – 27).
En ese momento te dan ganas de
“liarla parda” y que te piten técnicas o lo que haga falta, pero por suerte no
me dio por ahí. Después entiendo a mi amigo Antonio de Pulpí con las famosas 12
técnicas en el último cuarto, por cierto, qué curioso, fue el mismo árbitro y
supongo que también pitaría 12 técnicas para que no se le fuera de las manos un
partido que iba igualado en el último cuarto
y que se pasó a perder de 40. He visto arbitrajes mejores y peores, pero
éste me dejó descolocado. Señalizó muchas cosas y para mi gusto casi no tuvo
incidencia en el partido, supongo que subjetivamente siempre creemos que nos
pitan peor cuando perdemos J
, pero salirse con 2 faltas técnicas cuando el partido era una balsa de aceite
no es de recibo, no sé lo que quiso hacer, pero si puso el listón en ese nivel,
como mínimo tenían que haber caído 4 ó 5 para cada lado y eso no sucedió.
Volviendo al partido, un último
arreón de 9 – 0 en un minuto y medio volvía a acercarnos, pero nuestra defensa
seguía con algunos lapsus que nos costarían 5 puntos en el último minuto,
dejando el parcial final en 49 – 37, salió barato el desfile de técnicas, pero
de -8 al descanso a -12, la diferencia seguía creciendo.
En el inicio del cuarto final
volvimos a encajar otro miniparcial de 7-0 con lo que la diferencia la volvían
a poner a -17 (56-39). A falta de algo más de 5 min para acabar el partido
volvíamos a estar en la máxima diferencia, quizá esto produjo una pequeña
relajación en los jugadores locales y esta vez sí que se lo hicimos “pagar”.
Con un parcial de 2-11 nos metíamos de lleno en el último minuto y medio, sólo
-8 después de todo el “desastre”. Y cómo no, para que no se le escapara de
nuevo el partido de entre las manos…. otra falta técnica, y a los pocos
segundos una lucha por un balón acabó en agarrón a un jugador rival y nos costó
una falta antideportiva (esta vez era inapelable, porque era de manual), así
que volvió a darles alas volvieron a centrarse y después de anotar los
tiros libres el partido estaba visto para sentencia. En el último tiro libre
del partido le di instrucciones a mi base (Pablo) para que hiciéramos un solo
ataque para intentar anotar y poder disputar con mejor diferencia el
basketaverage en nuestro campo, ya tuvimos el ejemplo del año pasado donde fue
fundamental y este año tiene toda la pinta de que se va a tener que tirar de
calculadora en más de un puesto de la clasificación. Así que éste fue el
resultado de la jugada.
Al final solamente 9 puntos
abajo, lástima la empanada inicial.
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